Joan Carles Pinto

Escepticismo fue su primera reacción ante el primer contacto con Banco Mediolanum. Quería dar un giro de 180 grados a su vida profesional.

La mayor resistencia que tuvo que superar Joan Carles Pinto fue el hastío que le habían provocado sus experiencias profesionales anteriores: “Tras veintiséis años tenía muy claro que no quería seguir en el sector bancario y pensé en montar un negocio ligado al turismo en Barcelona”. Pero en Banco Mediolanum le dieron una pista: después de veintiséis años, lo que de verdad sabía hacer era esto.

Pero si bien es cierto que al principio no le sedujo la idea, la persona con la que se entrevistó en Banco Mediolanum le convenció y se lo empezó a pensar. Tardó 6 meses en tomar la decisión de convertirse en Family Banker. “Todavía me recuerdan como un pesado, pero pedí hablar con muchos Family Bankers, tanto los que venían de la banca tradicional como otros que procedían de otras profesiones.”

La segunda resistencia, frecuente, procedía de las dudas sobre cómo hacerse con una cartera propia.

Adquirió confianza al hablar con gente que, como él, había trabajado en banca; quiso conocer sus vivencias y comprobar que el modelo funcionaba a nivel económico. Le explicaron que una parte de la gente que había conocido hasta entonces le seguiría, pero que otros en los que confiaba no lo harían y otros, por los cuales no apostaba, le serían fieles. Pero, ante todo, que no se desanimase, pues su cartera crecería a partir de las recomendaciones de ese primer grupo. Solo tenía que hacerlo bien. “Así ha sucedido”, dice.

“Los primeros clientes son tus prescriptores. Además, también se hacen clientes personas de tu entorno familiar, amistades, gente que está cerca geográficamente … Siempre estás con el chip puesto, pendiente de personas que están mal asesoradas.”

La tercera resistencia fue menor. “Tras tanto tiempo trabajando en sucursales, acabas institucionalizado”, comenta. Convertirse en un asesor financiero independiente supone un cambio de forma y de entorno de trabajo. Sin embargo, a Joan Carles Pinto le apaciguó conocer las oficinas de los Family Bankers de Banco Mediolanum; un espacio compartido por los Family Bankers que, además de aportar un lugar donde reunirse con clientes y colegas, genera un poderoso sentimiento de grupo.

Con el tiempo, Joan Carles ha ido descubriendo otros lugares que compagina con las oficinas de Banco Mediolanum. “Estoy algo institucionalizado y me cuesta trabajar desde casa. Pero hay una cafetería en Barcelona, con un potente wifi y mucha tranquilidad. Es un lugar muy agradable para mí y mis clientes”, dice. Le guardaremos el secreto.

Experiencia previa en banca:

26 años.

Salida de la banca tradicional:

Agosto de 2013 al sumarse a un ERE voluntario.

Proceso de incorporación como Family Banker de Banco Mediolanum:

6 meses (septiembre de 2013).


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